Hace unos días recibí un correo de una inmobiliaria de lujo interesada en mis fotografías y en que me uniera a ellos retratando diferentes inmuebles, tanto pisos como chalets o adosados. La oferta parecía interesante, pues buscaban un fotógrafo que trabajara con ellos regularmente cada mes de manera continua.

Ante tan interesante propuesta, dado que hoy en día tener ingresos periódicos estables es todo un reto, les contesté afirmativamente, diciendo que me parecía bien y que nos sentáramos a revisar condiciones económicas y de trabajo para poder organizarnos y así de paso, yo poder organizar mi trabajo en casa para retocar aparte todo el material de viajes que tengo pendiente.

La sorpresa vino con el segundo correo mostrando mis deberes y obligaciones (todo el contrato) y los de la empresa (nulos). Aquí expongo los más sonados y controvertidos por sus exigencias ilógicas.

– 45 euros por 30 fotografías de un piso (1.5euro/foto)
– 75 euros por 60 fotografías de un chalet/adosado (1.25euro/foto)
– 20/25 propiedades al mes, no garantizadas
– exclusividad de trabajo con ellos, obligatorio bajo multa contractual
– absolutamente todos los derechos de las imágenes pasan a la inmobiliaria, obligatorio por contrato
– el fotógrafo nunca enseñará el material hecho para la inmobiliaria, obligatorio bajo multa contractual
– el fotógrafo no puede contactar a la inmobiliaria bajo ningún concepto, sólo el día de la sesión y en el caso de que no sepa llegar al destino
– la inmobiliaria se reserva el derecho a rechazar las fotografías por no ser de calidad, no especifica cuál es el estándar de calidad
– si el fotógrafo llega tarde 15 minutos a la sesión, no se le pagan las fotos de dicha sesión, no hay multa en el caso de que llegue la inmobiliaria tarde, o no se presente el propietario (cosas habituales en estos casos)
– el fotógrafo y la inmobiliaria firman un acuerdo mercantil, el fotógrafo es autónomo, habitual en estos casos

Después de este correo y con estas condiciones para firmar me pregunto. ¿Qué fotógrafo profesional las firmaría?

Vamos a ponernos en la mejor de las situaciones. Voy a trabajar con ellos un mes y haré 25 chalets. Voy a ganar 1875 euros, menos 256 de autónomo, 1619 euros. Eso significan 60 fotografías por 25 propiedades, un total de 1500 fotografías. Como me gusta que el trabajo esté bien hecho, le dedicaré un mínimo de una hora por fotografía para retocarlas con una calidad aceptable, dado que de lo contrario, me las pueden rechazar sin previo aviso. 1500 fotografías a una hora cada una, son 1500 horas de retoque. Aquí tengo el primer problema. Un mes de 30 días tiene 720 horas, menos de la mitad de horas que necesito para retocar. Y no hemos empezado a hablar de ir a hacer las fotos, ni de pagar la gasolina, ni de comer, ni de ducharse… y mucho menos de dormir.

Vamos a ponernos en la peor de las situaciones. Voy a trabajar con ellos un mes y haré 20 pisos. Voy a ganar 900 euros, menos 256 de autónomo son 644 euros. Eso significan 30 fotografías por 20 propiedades, un total de 600 fotografías. Una vez más, como me gusta que el trabajo esté bien hecho, le dedicaré un mínimo de una hora por fotografía para retocarlas con una calidad aceptable, dado que de lo contrario, me las pueden rechazar sin previo aviso. 600 fotografías a una hora cada una son 600 horas de retoque. Como un mes de 30 días tiene 720 horas, me sobrarán 120 horas para hacer las fotos, poner gasolina, comer, ducharme, dormir… pero cuando contamos, resulta que esas 120 horas al mes, son 4 horas al día. Así que una vez más estoy jodido.

Mucha gente dirá que puedo comer retocando fotos, es cierto. Pero no estamos hablando de eso aquí, ¿no? En el primer supuesto he ganado 1619 euros retrocediendo en el tiempo para poder cuadrar horarios, de lo contrario es imposible. Con esos 1619 euros puedo pagar el alquiler, el agua, electricidad, gas y gasolina. Y hasta mi comida. Pero en el segundo supuesto he ganado 644 euros lo cual, al menos en mi caso, no me da para pagar alquiler, agua, electricidad, gas, gasolina y comida.

Conclusiones

Estoy seguro que estos señores de la inmobiliaria tienen estas cláusulas por dos razones de gran importancia:

– Se aprovechan de la tesitura económica actual.
– Han tenido anteriormente malas experiencias con fotógrafos que obviamente no eran profesionales.

Aquí es donde está nuestro problema y el problema del empresario real. Con la situación actual, muchos fotógrafos profesionales han bajado los precios porque la gente les dice que «no pueden pagarlo». Y por miedo a perder el trabajo, han accedido a bajar los precios. Y por tanto, acaban destruyendo el propio mercado del resto de profesionales y les dan alas a los fotógrafos no profesionales que llevan a cabo un intrusismo exacerbado que acaba con la destrucción de un sector, el nuestro. Por otro lado está el empresario, que lo que busca en un momento de crisis en reducir costes al máximo, y peca de tacaño en algunos momentos, buscando la solución más barata pese a una merma considerable de la calidad.

Los que me conocen saben que no voy a tirar los precios a la mierda por mucha crisis que haya. Estamos todos apretados, empresarios, medios y fotógrafos, y siempre acabamos jodidos nosotros. Igual he sido muy duro y obviamente clientes se han ido a otros fotógrafos. Pero afortunadamente bastantes de ellos han vuelto por lo obvio: lo barato sale caro y es siempre más importante calidad antes que cantidad.

Cuando los fotógrafos nos demos cuenta que cada trabajo que firmamos debería tener el mismo estándar de calidad, sino superarlo, los demás nos empezarán a valorar, pero mientras nos comportemos como putas baratas, el mercado no hará sino ir a peor, como en la actualidad.